Es una ciudad muy romántica. Primero hay que superar la duda de ir a Colombia, pero el peligro es que te quieras quedar (como dice la publicidad). La antigua ciudad heroica está amurrallada frente a la costa caribeña y a su espalda está el imponente Fuerte San Felipe. Las callecitas tienen casas de colores, adormadas con balcones de flores. Todo muy bien conservado, e ideal para pasear en mateo. Música en las plazas, museos, artesanías, vuelta nocturna en chiva y un mojito en el Café del Mar, imperdible. Para poder disfrutarla también de noche, es ideal alojarse intramuros. Sino la opción son los All Inclusive de la moderna Boca Grande. Las playas son malas, y están llenas de vendedores. La alternativa es ir a las Islas del Rosario, por 1 o 2 días. Mar coralino lleno de peces de colores. Gabriel García Márquez mezclado con historia, esmeraldas, buen clima y amor.
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