Si miramos las tapas de los diarios de hoy tenemos dos países diferentes. Uno con un cansador ataque permanente al gobierno y otro con un mensaje. Muchos estamos disfrutando del feriado por el Día de la Soberanía, tratando de entender la gesta de la Vuelta de Obligado. En la fiesta del Bicentenario, con Fuerza Bruta y los barcos atados con cadenas, empezamos a entender de que se trataba. Pero para colmo esto ocurrió en la oscura (o oculta) etapa de Rosas en el gobierno. Fue una manera de decirle a los ingleses y franceses que no pasarán. Pero ahora aquí para algunos no pasa nada. Lo importante para esos medios son los trenes o los aviones de Jaime. Por suerte Charly la tenía clara en No voy en tren, voy en avión. El tema no es el medio (tren, avión) sino el fin, donde tenemos que romper las cadenas culturales, meter preso a Jaime por sus negociados, y ser un país soberano, y no soberamos pelotudos dependientes de los miedos de los medios. 
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