En el balance del año de la TV surgen dos modelos a confrontar.
El cuestionable 6-7-8, que desnuda la maquinaria de los medios, con su sesgo oficialista. Archivos históricos que terminan con la impunidad de la palabra. Poca prensa, pero mucho comentario boca a boca. Línea reforzada con sus primos: TVR y Duro de Domar.
En el otro rincón, Tinelli, con altisimo rating, y suprema mediocridad. También reforzado con una decena de programas que comenta lo visto, arman la escenografía de escándalos ridículos, y desarrollan personajes de historieta. Lo que se comentan no son los bailes, sino las tetas y culos, a satisfacción del público masculino y a envidia del femenino.
Es dificil competir con otros programas,como Abel y Cain. La TV argentina se polarizó, y su nivel en general, quedó desdibujado. Se puede leer un comentario en La Tele, un sistema cerrado de espejos y reflejos de sí misma

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