Por suerte llegó el Big Brother, porque nos aburrimos de los sin casa, cazadores de los hermosos parques. Se acabó la distracción con las filtraciones de la Kiwi, de los discursos xenófobos, de las fiestitas en la Plaza de Mayo. Basta, lo importante es poder planificar las vacaciones en Punta. Alejarse de esa Ciudad próspera, con baches tapados con músicos del Colón y sendas bicis para todos. Para el resto Sur, Paredón y después.... Escuchemos el tango olvidado y veamos el futuro con Gran Hermano.
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