Aprovechen esta oportunidad y que los gobernantes den un mensaje de valores, de esperanza para la gente. Hoy están rescatando lo mas importante.
Y es así que los 33 transandinos salen a la luz, como aquellos 33 orientales que huyendo empezaron una gesta liberadora.
Después de años de discusiones, de enfrentamientos, de conflictos sin solución, empezamos a entender el verdadero valor que encierra la tierra, que es su gente. Las leyes de minería, hechas por gobiernos entreguistas, que regalan nuestros minerales preciosos, por nada, mejor dicho por: devastación, residuos contaminantes, empleos esclavos, y un pueblo finalmente empobrecido. Lo único que puede parar estos emprendimientos foráneos y devastadores, es la acción de pequeños pueblos de colonizadores (los venidos al lugar) y sus hermanos originarios. Y si no logran detenerlos, llegan las enormes maquinas perforadoras y se llevaban todo, con una legislación favorable y cómplices de siempre en el gobierno.
La rebelión de Esquel, la película de Solanas y la ley de los Glaciares nos empezó a iluminar, a hacernos ver quién es quién, y para quienes trabajan.
Pero cuando a través de esta explotación humillante enterramos la gente, la proeza no es solamente sacarlos vivos, sino realizar un cambio.
El cambio es simple, es decirle a nuestros jóvenes que estudien y trabajen para acumular conocimiento y experiencia, así todos pueden tener su oportunidad. Y esas oportunidades no son solo de las corporaciones, sino de todos. Las cosas se pueden hacer bien, con buena renta, sin rebeliones, con seguridad jurídica avalada por los dueños de la tierra. Las corporaciones eso lo van a entender, porque les conviene.
La pachamama nos entrega de sus entrañas los mas preciado, la vida. Y el mensaje es que esto debe cambiar, que el conocimiento es una oportunidad, y la riqueza una consecuencia.
Veremos si con Chile hay un cambio, para no tener mas enterrados vivos, o si los vivos nos siguen enterrando en la miseria.
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