En la antiguedad (antes que ahora) la gordura era excitante. Sino preguntale al abuelo por los calendarios sexys de gordas desnudas. La expectativa de vida de años pasados era poca, y no había mucho tiempo para pasar de niña a mujer casada, que empieza a acumular sus kilos de esfuerzo.
Ahora nos metieron el modelo de la modelo flaca raquítica (imposible de igualar por el resto de las mortales), una diosa XXXS. Y algunas en su afán de parecerse, se vuelven bulímicas, vomitando hasta la muerte. Pero las diosas de nuestra juventud, que siguen en la TV, son unas gordas reprimidas. Para verla a Susana hace falta un protector de pantalla para cubrirse el eminente reviente de su corset. Es una muestra de un matambre atado sin piedad. A Moria se le cayó todo: el pelo, la cara, las tetas, el culo, la vergüenza, la bombacha, el corpiño en la playa, y por suerte también se la calló un poco la lengua.
Las cantantes (?) son todas rubias, flacas, contorsionistas, semidesnudas, y que están buenas para ver, pero no para oírlas (gracias que existe el mute). O alguien tiene dudas que una buena voz puede ser la gorda Sosa, Serra Lima, Caballé, etc
Hay una mezcla de modelo y vedette, que antes unas estaban en las pasarelas y otras en los tablones. Pero ahora se mezclaron todas las plumas, y se despluman con otros gatos, en los nuevos teleteatros de la tarde que son los shows de chimentos, o de peleas para el rating.
Bienvenidas nuestras gordas liberadas de la hipocresía.
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